sábado, marzo 22, 2008

Una de Semana Santa

¿Se imaginan como debería sentirse uno si fuera encima de uno de los tronos que pasean por las calles los fieles en Semana Santa? Rodeado de gente, con cirios, incienso, faroles,... y cantando una de esas canciones de las que me enseñaron en la primera comunión...

Bueno, pues no tan lejos de esa idea, el viernes me sentí como una de esas vírgenes. Aparqué el coche delante de la casa de una amiga que iba a recoger. Como, se supone, que no iba a tardar mucho en bajar, no aparqué el coche perfectamente, por lo que el morro quedó un poquito fuera. Bajé la ventanilla y me encendí un cigarrito mientras esperaba por ella. De repente, empecé a ver luces pequeñitas, velas y un foco que iluminaba a Jesús Crucificado. Seguidamente, vi gente, más gente y más gente. Se dirigían hacia mí. Yo no imaginé en ningún momento lo que estaba a punto de sucederme. En cuestión de 10 segundos me vi rodeada de gente de todas las edades que sostenían velas, faroles, incienso, antorchas y un papel en la mano con canciones que venían cantando... Recé para que pasaran rápido pero de repente. SSShhhhhhh... silencio.

La procesión se paró justo alrededor mía... yo mientras tanto seguí fumándome el cigarro y miraba alrededor incrédula. Por un momento pensé que entre todos iban a cargar mi coche a hombros e iban a decir: ¡Al cielo con ella!

A todo esto, asomados a la ventana se encontraban mi amiga, la hermana y su novio, y la madre, mirándome y llorando de la risa... Según ellos mi cara era un poema... y es que verse en esa situación no es nada fácil. Justo al lado de mi ventanilla había un niño de unos 12 años que no dejaba de mirarme y nos reíamos disimuladamente y con complicidad, creo que él sabía perfectamente por el momento que estaba pasando.

Tras cinco minutos, los más eternos de mi vida, la procesión arrancó de nuevo. La gente no dejaba de mirarme, sobre todo las señoras mayores, con cara de: ¿Qué coño hace esta niña aquí en medio? jajaja... Ahora me río, pero fue una experiencia bastante embarazosa... pero única a la vez.
Creo que no mucha gente ha disfrutado de una procesión de una forma tan especial. Ja ja ja.

Besos...